«EL LINAJE» NOVELA ESOTERICA

Capítulo 8

Influjos

 

-Augusto, deme una oportunidad. Déjeme contarle un poco la verdad de esta investigación-

En ese momento supe que se venía algo de lo que yo había sospechado. “La verdad” de esta investigación me sonaba a lo que sentía que me ocultaban. Anneliesse sacó un libro de una estantería que tenía al lado del escritorio en donde estaba la computadora y lo abrió. Tomó de adentro del mismo una fotografía de un hombre.

-Este es el Doctor Martínez. Fue convocado por el Doctor Baumann tal cual lo hizo con usted. Es un reconocido psiquiatra español. Venía por recomendación de un colega de Alger. Estuvo un tiempo revisando la información perteneciente a Parks, pero, en un momento, comenzó a tener un comportamiento extraño, alegó cansancio físico y mental y luego renunció. Como no estaba convencida de los alegatos del Doctor Martínez me comuniqué con él unos días más tarde y me confesó ante mi insistencia que se había retirado de la investigación porque estaba sufriendo de pesadillas y angustia-

Me preguntaba si esto me estaba pasando realmente. Quién era esta mujer que se entrometía en todo y ahora, me estaba contando cosas que me ponían realmente nervioso.

-Cuando supe esto que le estaba sucediendo al Doctor Martínez le pedí al Doctor Baumann que por favor me asigne el trabajo de los diarios de Parks a mi, pero, como soy su asistente personal en sus trabajos de investigación se negó rotundamente dándome la posibilidad de tener acceso a todo registro que poseíamos pero con la condición de que si estaba realmente interesada, que lo haga fuera de mi trabajo habitual. Como no podía resistirme al caso me dispuse a ocuparme de ello los fines de semana y en cuanto hueco en mis tareas encontrara-

-Pero, ¿por qué tal obsesión?- pregunté ya de lleno en la historia.

-Había algo extraño en todo lo que sucedía. El Doctor Martínez era un profesional de la ciencia forense y había tenido todo tipo de casos en su carrera. No era natural que se encuentre perturbado de la manera en que lo noté en sus últimos días de investigación y, mucho menos en la llamada que le efectué cuando ya se había retirado-

-Sí, continúe…- asentí con la cabeza totalmente atrapado por la historia.

-Me dispuse entonces a leer el material, noche tras noche, fin de semana tras otro me sentía cada vez más atrapada, obsesionada. Llegaba del trabajo y me sentaba a leer los diarios mientras comía algo o antes de acostarme. Todo fue de esa forma hasta que comencé a tener pesadillas- dijo ella esto último bastante angustiada.

-¿Qué tipo de pesadillas?- Pregunté aterrado recordando la que había tenido yo sobre el abismo negro.

-Recurrentes. Siempre el paisaje es lúgubre, con una negrura de fondo. Me encuentro sola y confundida-

-Y… ¿a qué le atribuye ese tipo de actividad onírica?- repregunté intentando ser racional.

-No estoy completamente segura. Pero todo comenzó con la lectura de esos diarios. Es como si la energía perturbada de Parks me persiguiera- hablaba muy compenetrada.

-No logro entender todo esto. ¿Energía? ¿A qué se refiere?-

Anneliesse tomó un libro más de su biblioteca, lo abrió en una página que marcaba con un señalador y leyó textual:

-Magia simpática, simpatética o “contagiosa”: las cosas se actúan recíprocamente a distancia mediante una acción oculta-

Y me explica:

-Una rama de este tipo de magia dice que lo igual produce lo igual y otra de las divisiones asegura que las cosas que han estado en contacto actúan a distancia, sería algo así como magia “contagiosa”-

-Explíqueme un poco más- le pedí confundido.

-El influjo de las cosas que han estado en contacto permanece en el tiempo. Un ejemplo sencillo sería que yo me quede con su billetera y luego conjure un mal sobre ella. Como el objeto era de su pertenencia tiene su influjo o energía, entonces la billetera es el medio por el cual le hago llegar el mal. De hecho… hoy mismo lo hice, pero… para el bien- confesó ella dejándome en un estado mental histérico.

-¿Cómo?- atiné a preguntar.

-Esta mañana para estar segura de que esté bien y de buen ánimo le envié a través de unos símbolos sagrados energía positiva. Escribí su nombre en un papel, que puse entre mis manos e imaginé que Usted estaba en un lugar hermoso, una casa, en la que yo pasé la infancia en cada verano con mi familia, allí se respiraba la paz y armonía que pocos lugares tienen y…-

La interrumpí:

-Descríbame el frente de la casa-

-La casa era hermosa y amplia, con jardines por detrás y por el frente. Abrazada completamente por enredaderas en distintos tonos de verde…-

Y completé con resignación:

-Pintada en tonos pasteles…-

-Sí… veo que ha funcionado mi visualización- Anneliesse clavó en mi su mirada penetrante.

-Por favor, esto es una locura. Prosiga con lo de la magia contagiosa, ¿de dónde sacó eso?-

-El libro se llama “La Rama Dorada” y el autor es James G. Frazer, un antropólogo escocés que…-

Volví a interrumpirla:

-¿Y de qué se trata?-

-Mitología y religión- dijo rápidamente.

-Bueno, recapitulemos. Si mal no entiendo, usted me está diciendo que como los diarios son de Parks, de su propiedad, los escribió él, de hecho, son sus sentimientos y vivencias escritas de su puño y letra, entonces tienen su “energía o influjo” inserta en los mismos, y, todos los que los leemos o estamos en contacto con ellos caemos en la… ¿en qué?- ya no sabía lo que estaba diciendo.

-Al estar en contacto con sus emociones y sentimientos a través de los escritos somos impregnados por su influjo, por ello creo que el Doctor Martínez y yo hemos sufrido las pesadillas recurrentes y puede que le suceda a…-

-A mi… ya me pasó… de hecho soñé con la niebla, la negrura, el miedo y un abismo negro-

-Por todos los santos… qué increíble es todo esto. Lo estudio y lo repaso, llego a conclusiones, las pongo a prueba, creo en ellas, me apabullan luego crisis de fe, para más tarde llegar a la instancia de creer en lo increíble. Todo una paradoja…- y así Anneliesse se quedó pensativa cavilando vaya a saber qué.

-Anneliesse, ¿qué más me quiere mostrar?-

-Bueno, hay algo que descubrí pero aún no lo pude comprobar con más casos por estar limitada ante el tabú-

-Diga, la escucho-

-El Doctor Baumann también ha leído los diarios pero no han surtido efecto en él. No le interesan más que como un caso como cualquier otro. De hecho, yo lo busqué a usted… Y se lo sugerí al Doctor ya que ninguno de los psiquiatras del equipo del Instituto estaba interesado en hacer semejante trabajo de campo leyendo cada diario y demás material. Busqué entre algunos colegas de España y me dieron su nombre-

-¿Y por qué piensa que a Alger no le hizo efecto “la magia”?- dije irónicamente.

-Porque su energía no es compatible con la de Parks-

-¿Y cómo sabe eso? ¿Cómo puede determinar que la energía de alguien es compatible con la de otro?-

-A través de la carta natal por ejemplo-

No tengo la menor idea de por qué razón seguí sentado en esa silla en aquel departamento de ese barrio extraño que, al final, creo que mi chofer tenía razón, vivían allí una cantidad de excéntricos que tal vez no serían aceptados en otras partes.

-Prosiga- la miré algo resignado.

-La carta natal de Parks me brinda una cantidad de datos, lo mismo que la del Doctor Martínez, la mía y ahora, la suya. Tanto Parks, como Usted, el Doctor Martínez y yo tenemos determinadas energías y planetas ubicados de tal forma que nos hacen compatibles, similares y como le expliqué antes, según lo leído, lo igual atrae lo igual, lo igual produce lo igual, lo igual influye a lo igual-

Ella continuaba hablando con una seguridad tal que hubiese convencido hasta al mayor escéptico, ¿o no? ¿Es que yo no era tan racional como pensaba hasta aquel momento? ¿Realmente existían estas fuerzas? ¿Qué era todo esto?

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